lunes, 9 de noviembre de 2009

CUANDO EN EL HOGAR EMPIEZA A VIVIRSE UN CLIMA DE INDIFERENCIA


La indiferencia se aprende y se vive en el orgullo. Cuando cada uno siente tener la razón y no creen poder bajar la cabeza para aceptar la equivocación.

Cuando un problema se instala entre la pareja por diferentes motivos, haciendo que ambos no se hablen por días, pasa a la necesidad especialmente de los hijos que nuevamente tienen que entablar conversación y acercamiento.

Aquí la mayoría de parejas no enfrenta el problema que desencadenó todo esto y más bien, lo deja pasar, no quiere tocar este punto por el miedo de que nuevamente el conflicto empiece.

La pareja no se dan cuenta que al realizar esta actitud, lo único que hacen es un cese al fuego, un descanso en las armas, que pronto vendrá el conflicto pero con otra cara. El problema siempre será el mismo...

Si esto no llegará a resolver, la pareja tiene que darle paso a la indiferencia (estado de ánimo en que no se siente inclinación ni repugnacia por la otra persona).

El ejemplo lo aprenden los hijos, viendo a sus padres también con indiferencia, se fue el cariño, se murió el respeto.

"cada vez que el orgullo penetre en el corazón del hogar y éste no se bote, estaremos sembrando el jardín de la indiferencia entre pareja, padres e hijos".


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