sábado, 29 de mayo de 2010

CUANDO TU HIJA TE GRITA TU LE GRITAS



Las personas toman decisiones frecuentemente pensando en las opciones. Las ideas pasan girando alrededor de su cerebro, analizando los beneficios, los inconvenientes y proyectando sus consecuencias. El problema es que todo ese pensamiento generalmente lleva a tomar decisiones riesgosas. Tomar buenas decisiones es como tratar de ponerse los zapatos hasta que un par se ajusta. Te cercioras de que la caja contenga la talla del zapato, pero también te los pruebas y sientes como ajustan. La memoria implícita en el cerebro humano, la intuición, es el resultado de millones de experiencias inconscientes que fueron cuidadosamente enhebradas en tu cerebro emocional para proveerte de una información extensiva. Pero para acceder a la intuición, necesitamos sentir. Elia así la llamaremos vino a mi consultorio con un nudo en el estómago. Había estado con ese dolor toda la semana porque no podía decidir que hacer con Gilda su hija menor una adolescente que estaba a todo meter en medio de una rebeldía adolescente y habían empezado a tener tremendas contiendas con su madre. Esta adorable y dulce hijita repentinamente se había convertido en una tiránica adolescente, totalmente concentrada en sí misma y en sus amistades. En lugar de abrazarse con su madre se estaba burlando de su madre, regañándola a gritos y abiertamente desobedeciéndola, pero lo que más le molestaba a Elia eran las discusiones. Cuando estaba hablando mezclaba sentimientos de tristeza, miedo y culpabilidad al permitir que su hija la tratara con tal irrespeto y quedar enganchada en la furia de Gilda. "No se lo que es una posibilidad razonable. Cuando se trata de mi hija, mi mente se queda en blanco. Pierdo todo sentido de razón". Le sugerí, "¿Por que no tratar las expectativas al igual que tratas cuando te pones un par de zapatos? Expresa una expectativa incluyendo sus dolores y beneficios. Espera que los sentimientos fluyan. "Okay dijo Elia. "Si observo mi conducta, podría decir que mi expectativa ha sido que cuando Gilda me grita yo también le grite a ella". "Si sigues ese curso de acción, ¿cuál crees tu que sea lo que más te causa dolor? "Las peleas seguidas". "Observa los sentimientos que surgen a partir de esa expresión. ¿Se siente como si fuera un dolor auténtico, o sea, que es un dolor inevitable de la condición humana o comparable al abuso o negligencia?" "El abuso y la negligencia. El abuso de ella y la negligencia de mis propias necesidades". "¿Qué es lo que ganas con eso?" "Lo que gano es que consigo lo que quiero hacer. Tengo que darle en la espalda. Tengo que enojarme. Francamente, se siente bien tener una pelea con ella, pero no lo suficiente como para contrarrestar las consecuencias negativas, el abuso y la negligencia". "Intentemos otra expectativa. Pero primero, ayudaría revisar tus expectativas básicas al comunicarte con otras personas, el límite básico que estableces en ti misma". Ella no respondió. Entonces dijo, "No tengo ninguna. No se me pasa nada por la mente". "Entonces reflexiona en como actúas. Eso podría darte una señal". "Bueno en base a la manera en que actúo, soy pasiva cuando quiero serlo, lo cual es la mayor parte del tiempo, y entonces cuando no lo puedo soportar más, me pongo agresiva". "¿Pones algún límite en tu comportamiento cuando interactúas con otra persona?" "Bueno no golpeo a la gente y no le pongo nombres, lo que hago es decir palabrotas. Pero yo quiero establecer un límite con eso de gritar y alzar la voz una a la otra". ¿Cuál es la expectativa más básica de ti misma? "Cuando Gilda empieza a gritarme, espero separarme de ella en esta situación, en no enredarme con ella hasta que ambas nos encontremos razonablemente equilibradas". ¿Qué es lo que te causa dolor? "Que no me pueda controlar. Ella podría ser hiriente. Gilda podría enfadarse conmigo." ¿Eso se siente como lo que te da más dolor, o abuso y negligencia? Elia parpadeó y dijo "Solo lo que más me causa dolor. No es placentero, pero no se siente como si fuera abuso o negligencia". ¿Y que ganas con todo esto? "¿Qué que gano con no tener que gritar a la par con Gilda? Orgullo personal. Me sentiría más equilibrada. Menos heridas entre las dos. Son muchas las ventajas". Amigas y amigos la vida adulta conlleva tomar decisiones cuando no existen buenas opciones, decidiendo lo que la pérdida, cambio o incomodidad estamos deseosas de aceptar con el fin de recibir el premio correspondiente. Esta manera tan natural de dejar fluir los sentimientos puede ser poderosamente benéfica al ayudarnos a tomar decisiones en los cuales las ganancias superan el dolor, particularmente en las situaciones más sensibles y con mayor reto. Dios me los bendiga, sigan enviando sus consultas a dracaroline@dracaroline.com que con cariño y respeto orientare. Hasta el próximo mensaje DraCaroline

1 comentario:

  1. Hola soy la DraCaroline me da muchísimo gusto encontrar un mensaje mío en este blog tan maravilloso. Les agradeceré si también añaden la fuente www.dracaroline.com

    Dios me los bendiga
    DraCaroline

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