viernes, 9 de abril de 2010

PAREJAS ¿SE ACABÓ EL AMOR?


Esta es la pregunta que muchas personas nos hacemos cuando llega un "bache" en nuestra relación, y vemos que la pareja se va distanciando. Cuando llega este "bache", algunas personas piensan que se ha acabado el amor y que, por tanto, no hay nada que hacer. Antes de llegar a esa conclusión, es importante que nos demos cuenta que, si la relación era buena, indudablemente se ha ido deteriorando. ¿Por qué? ¿Por qué no nos queremos como antes? ¿Por qué se han acostumbrado a tener ahí a la pareja y a asumir que hagan lo que hagan va a estar ahí? Quizá nos olvidamos a veces de las necesidades de nuestra pareja y solamente nos fijamos en las nuestras.

Olvidemos por un momento esos sentimientos tan bonitos que produce el "amor", y vamos a la convivencia diaria. Uno de los secretos está en el EQUILIBRIO ENTRE LO QUE SE DA Y LO QUE SE RECIBE, la RECIPROCIDAD entre los miembros de la pareja. Este es un intercambio del cual no somos conscientes, se hace automático. No quiere decir que cuando demos un beso, esperemos a cambio otro de nuestra pareja. Quiere decir que si damos un beso y nuestra pareja nos responde con un abrazo o una sonrisa, es más fácil que tengamos ganas en otro momento de repetir ese beso.

Y esto que contamos respecto a la respuesta de la pareja, también lo hacemos nosotros/as. Es decir, que algunas de nuestras respuestas negativas, de desprecio etc. disminuyen la probabilidad de intercambios de afecto o comunicación positiva. La comunicación también es una fuente importante de intercambios positivos, que ayuda a fortalecer nuestra relación de pareja y a aumentar nuestra satisfacción , esa comunicación puede ser palabras, o puede ser también una simple mirada.

Podrías probar y ver cómo influye nuestra actitud en nuestra pareja. Podrías observar durante esta semana los comportamientos agradables de tu pareja (ej. Un beso cuando llegue a casa, esa sonrisa cómplice cuando estáis ante un grupo de amigos, cuando te dice lo bien que te sienta algo,…). Estos pueden ser detalles que veamos como rutinarios; pero si fueran detalles negativos le daríamos mucha importancia, ¿por qué no le damos la misma importancia a los detalles positivos?

Podemos quejarnos ampliamente de nuestra pareja, pero lo importante es pensar: ¿Qué consigo quejándome? ¿Consigo cambiar algo? ¿Obtengo algún resultado negativo por quejarme? Y, si no me quejo, ¿qué puedo hacer para que esto mejore?

Por nuestra experiencia sabemos que, cuando nos quejamos, el que está recibiendo la queja se suele sentir mal y molesto. Cuando uno se siente molesto, es más fácil que responda más irritado que cuando no lo está. Por tanto, cuando nos quejamos es más fácil obtener una respuesta negativa por parte del otro. Si lo que queremos es solucionar un problema con nuestra pareja, difícilmente lo conseguiremos por medio de la queja, dado que estamos poniendo al otro de mal humor.

Cuando una pareja falla, no funciona bien en determinadas áreas, se tiende a echar la culpa al otro, sin embargo en una relación "sana", la responsabilidad es compartida, aunque posiblemente en distinto porcentaje.

El tema más conocido respecto a la pareja es la comunicación. Es cierto que alrededor del 90 % de las parejas que vienen a nuestra consulta tienen una comunicación deficiente (en cuanto a cantidad y calidad), donde nuestra labor como profesionales está en enseñarles unas habilidades para mejorar esa comunicación.

Tener dificultades en la relación de pareja no es algo raro ni aislado, tampoco es raro no saber cómo salir de la crisis. En muchas parejas hay situaciones que no se pueden solucionar desde dentro de la relación, por lo que me voy a permitir dar un consejo que quiero resaltar, que si necesitáis ayuda para que vuestra relación funcione acudir a un profesional, pero hay que acudir a tiempo, no esperar a que sea tarde y esa pareja se haya perdido. A veces hay relaciones muy tirantes donde no encontramos solución por sí solos o cuando la encontramos ya es demasiado tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario